Para todos los que no pueden dejar el restaurante
Y para todos los que no saben que esto es una metáfora.
Querido diario,
Yo sé que no entenderéis nada de lo que estoy diciendo arriba, pero os juro que de aquí a que se termine esta Newsletter sabréis de qué hablo.
Por si te lo perdiste, aquí está la Newsletter de la semana pasada.
El viernes estuvimos en el Festival B viendo a las Cariño, Alizz, Mujeres y obviamente a Carolina Durante (último concierto de 4 Chavales era que termina ya). No sé si lo he mencionado aquí alguna vez, pero Carolina Durante fue mi grupo del Erasmus, estábamos todo el día con sus canciones y cada vez que los escucho pienso en esas chicas de 2019 que paseaban por Europa diciendo “no tengo 30 años pero, ya estoy casi roto.”
Lo malo de los festivales… es la vuelta. Lo que pasa es que no te acuerdas de una vez para otra y cuando son las 4 de la mañana y no hay forma física de volver a casa te entra la bajona.

Tito este finde también ha dicho algo sobre un freno de mano que necesita arrancar… cosa que me parece muy bonito de poner aquí. Para qué Tito también se acuerde de qué tiene que dejar de poner el freno de mano.
Por fin, después de AÑOS me he visto Fleabag… dios mío que serie tan buena, en especial cuando la Fleabag se enamora del cura. El contenido que nos han dado 6 episodios de 30 minutos cada uno.
Creo que como sociedad ha impactado de una manera descomunal la segunda temporada de Fleabag. De verdad que yo ya no soy capaz de pensar en la religión y venirme a la mente el cura de Fleabag.
Otra serie que también he estado viendo y os recomiendo totalmente es Poquita fe en Movistar+, una serie cortita costumbrista española. He físicamente llorado de risa con esto. Os lo juro.
Y ahora al ensayo predilecto de la Newsletter:
¿Qué es lo del restaurante?
Estas últimas semanas se ha extendido por Internet lo de la metáfora del restaurante. Todo empieza con la canción de “right where you left me” de Taylor Swift.
En esta canción Taylor Swift habla sobre una chica a la que le dejan atrás y qué es incapaz de ir hacia delante después del shock. Y los lyrics dicen:
“Help, I’m still at the restaurant
Sitting in a corner I haunt.”
(Que aún está en el restaurante, que está sentada en la esquina, que aún le persigue.)
Claro que el restaurante no es un restaurante como tal. Que es un símbolo de las pasadas relaciones, de cosas que te han pasado, que te han hecho daño y que te han dejado allí, herida y cuestionándose si algún día saldrás de allí.
Todas tenemos un restaurante del que no nos podemos mover durante un tiempo. Dónde igual ya no nos sentamos, pero que miramos el menú por Internet para ver si siguen haciendo la tarta de queso con los mismos ingredientes o cuál es el menú del día. Hay veces que el restaurante cambia de especialidad, lo que era uno especializado en comida asiática, ahora solo hacen hamburguesas americanas. Otras una amiga te dice que ha visto el nuevo menú y que no tiene nada que envidiar al de hace un tiempo.
Nos aferramos a la silla del restaurante, aunque cambie su decoración, que esporádicamente parece que se renueva, pero en su esencia, sigue siendo el mismo lugar en el que entraste aquella tarde sin esperar nada.
Algunos días, navegamos por las reseñas de Google, tratando de averiguar si otra gente han tenido experiencias similares o si han encontrado una forma de escapar de este restaurante.
A veces aprendes a ser tu propio chef, otras vas a parar a otro restaurante que te sorprende y hay veces que no eres capaz de levantarte de ese rincón, de esa mesa, en la que lees una y otra vez el menú y no eres capaz de decir ni una palabra. Ahora mismo estoy en mi restaurante personal (no amorosamente hablando) y quiero dejarlo, levantarme y seguir con mi vida. Pero cuesta. Mi padre me dijo el otro día que él aún se acuerda de menú de su propio restaurante al que fue cuando tenía 15 años. Pero es que yo pensaba que ya había salido del de 2022… y vino el del 2023.
A veces cotilleo como llevan los nuevos camareros la comida a los clientes. Otras creo que nadie hará un açai bowl tan rico como me salen a mí. Y otras me echo a llorar cuando me sale una publicidad entre stories de un 2x1 en el restaurante y siento que nunca voy a salir de ahí.
Sé que eventualmente dejaré de pensar en mi imperio romano personal (el restaurante) pero mientras, sé que será un recordatorio de lo que me pasó.
Un día me levantaré de mi asiento, bajaré el menú y haré lo mismo que Bad Gyal en este video:
Podría acabar con esto pero… he estado pensando que me gusta tanto el contenido de cositas de Halloween (lo consumo todos los días del año) voy a ir recomendando vídeos, podcasts, libros…
En agosto os conté que me había escuchado este podcast narrativo de una chica que se mudaba a una casa y le pasaban cosas paranormales. Nunca había sentido miedo real escuchando algo, hasta que me topé con esto.
🎙 Si me queréis, morirse - Podcast
Este podcast no es la primera vez que lo recomiendo aquí, pero como hace casi un año, ya que lo publiqué, por si acaso hay alguien nuevo: Si te gusta el true crime y las cosas rarunas este podcast os va a encantar. Cada episodio se cuentan dos casos o de true crime o de movidas paranormales y es muy interesante.
Recomiendo estos dos episodios:
🎙Heart Starts Pounding - Podcast
Un podcast muy entretenido que cada semana una chica te trae una historia de misterio, leyendas urbanas, paranormal o true crime.
Recomiendo estos dos episodios:
Última cosa que añadir a esta Newsletter: cómo dice Olivia Rodrigo 2+2 equals 5.
Nos leemos el jueves que viene,
Un besito.
Lara <3