Querido diario,
En 2017 había algo en el aire que no sé explicar, sonaba Me Rehúso por todas partes (una de mis canciones favs), yo vivía en Estados Unidos (otro día haremos un storytime de Lara viviendo en el extranjero), Taylor Swift estaba a punto de hacer su mayor comeback… y cómo no, volvió Operación Triunfo.
Como en ese año, yo también venía de vivir mi propio OT (estar encerrada en un pueblito de Ohio), y empaticé mucho con los concursantes metidos en esa Academia. Teníamos prácticamente la misma edad, decían las mismas tonterías que se me pasaban a mí por la cabeza, cantaban canciones que a me gustaban y lloraban cuando estaban tristes y también cuando estaban contentos. No sé como explicar la locura colectiva que vivimos esos 3 meses.
Siempre hubo una favorita para mí y esa era Amaia. Era divertida, original, no tenía pelos en la lengua y además cantaba cualquier canción que se le pusiera por delante. Nunca decía que nada era cutre, porque todo lo hacía bonito. Se ponía al piano a cantar, y de verdad, que el mundo se paraba. Realmente los que vimos esa edición, sabemos que allí nació una estrella.
Amaia siempre fue muy indie y se ponía a recomendar grupos que solo escuchaba ella, y de repente, ahora son cabeza de cartel en festivales super importantes. Cantaba canciones de Rosalía cuando nadie sabía quién era.
Quiero confesar que, hasta OT2017, prácticamente no escuchaba canciones en castellano, a parte de reggaetón. Siempre fui muy americana para todo. En los primeros años de tus 20, empiezas a madurar en gustos y así me sentí cuando le dí por primera vez a reproducir una canción de Carolina Durante porque ella había cantando “El Himno Titular” en un directo.
Volviendo a ella como cantante y compositora, creo que es brillante. Ella canta sobre su familia, sus amigos, de qué se ha dejado el jersey y que le gustan las flores cuando camina por el campo.
Amaia puede ser cualquier chica de Barcelona tomando algo en una terraza con sus amigas, te la puedes cruzar de fiesta cantando una de Bad Bunny o en el metro yendo a trabajar. Vive en una crisis existencial los domingos, a veces se olvida de llamar a su madre, abraza a sus amigas cuando están tristes y seguramente compra café carísimo porque ha visto un vlog de James Corea y quiere sentirse como si estuviera en Seul. Amaia se dio su primer beso en el parque Yamaguchi de Pamplona en las fiestas de San Juan, se despide de sus amigas cuando se mudan con canciones, le dice a su ex novio que no quiere ser su amiga, que le coma el higo.
Todas hemos tenido una experiencia universal que se aplica a una de sus canciones. Y no es por quitarle importancia o lo que sea a otras cantantes, pero hay artistas con las que no conecto tanto por que sus experiencias son bastante inalcanzables. No, yo nunca he estado llorando en un barco en Formentera. Pero si he llorado en el metro de Barcelona.
Y que:
Cuando Amaia saco Cuando no sé quien soy yo estaba muy triste. Y la otra noche escuchando lo de: “Bienvenidos al show de una vida en borrador, a mis noches de bajón…” siento que conecté con esa chica de 2022 que estaba regular, pero que tomó la decisión de empezar a enviar cartas. Sus canciones me llevan abrazando durante todos estos años y me encuentro pensando que ojalá estas cartas os aprieten fuerte cada vez que os llegan al correo. Como en 2022, sigo pensando que a veces lo bello aparece cuando no sé quien soy.
En otras cosas…. esta última semana he estado en Lisboa por trabajo y la última vez (y primera) fue en mayo para ir a ver a Taylor Swift. La recomendación que quiero dejar por aquí de #viajera es que si coméis pasteles de nata, lo hagáis después de meterlos en la nevera, porque están mucho más buenos.
Y tengo un pensamiento (versión mi cabeza):
Que las influencers de Los Ángeles se están mudando porque según ellas Dios se les ha aparecido en sueños para decirles
que tienen que irse de Californiapero en realidad es porque el estado ahora tiene una ley sobre mamis vloggers que muestran a sus hijos. Es decir, que si están en California pierden dinero y por eso se mudan todas a Nashville. Es para reflexionar.Yendo al concierto de Amaia nos dimos cuenta de que nuestra amiga Irati nos había pasado solo cuatro entradas y éramos cinco así que entramos en pánico. Menos mal que lo grabé para dejarlo por aquí.
Llevo días soñando que estoy en el mar de noche y no veo nada del fondo. Puede ser que sea porque el otro día volví hablar con alguien el caso de una pareja que estuvo haciendo submarinismo en el arrecife de coral en los 90s y los dejaron allí abandonados y es algo que me viene a la cabeza a veces. No es que yo salga mucho a mar abierto a nadar porque me da mucho miedo, pero yo que sé, esto es como el miedo irracional al Triangulo de las Bermudas, algo que me preocupaba mucho cuando era pequeña. Hay que ver que cuando eres un niño te preocupa la cosa más tonta, lo que me rallé yo pensando en las arenas movedizas. Ser adulto también es un poco así :P
Nunca hice esto pero ENCUESTAAaaaa:
Tengo varias Newsletters de #reflexión empezadas, ya sabéis que intento meter al menos una vez al mes una (la del mes pasado fue esta) elegid cual queréis que venga antes (para organizarme):
O sea sé que por el título es un poco raro pero os lo explico un poco:
Guía de supervivencia para las Dating Apps: un texto chulísimo de consejitos, experiencias y demás para navegar en las Dating Apps.
Carta triste 1: no puedo dar más info pero es una carta de despedida que tengo escrita en mis notas del iPhone que encontré el otro día. Me recuerda un poco a Tus ojos verdes, césped de Carolina Durante.
Carta triste de echar de -: realmente esto viene de un día que me puse en bucle Us de Gracie Abrams y Taylor Swift así que ya os lo podéis imaginar.
Nos leemos la semana que viene,
Un beso.
Lara <3
Amaia es genial. Me he quedado anclada en su concierto de Madrid🥹
Pffff Lara que carta más bonita <3 Amaia consigue que me de cuenta de que las cosas que se me acumulan en la cabeza no son para tanto. Es una artistaza y la veo haciendo esto hasta el final. Me hace tanta ilusión pensar en crecer con su música!!