Lo que éramos en Redes Sociales
Ya no me hablo con alguien, pero tengo mil fotos con él en redes sociales lo que significa que allí seguimos siendo amigos. Que nuestra historia siempre estará allí colgada, como una pintura rupestre
Querido diario,
Siempre me ha parecido muy fuerte que un día, alguien conectó el mundo con unos cables y decidió llamarlo Internet. Y esto es como un gran álbum de fotos gigante que alguien dejó abierto por accidente un día y nunca más se cerró. Un sitio donde están todas nuestras versiones antiguas, todas nuestras vidas pasadas, congeladas en píxeles y URLs que están rotos. Ciberlocutorio hizo un episodio hablando que Internet estaba roto, que las URLs de 2011 ya no existían y que estamos perdiendo mucha información que pensábamos que sería para siempre.
Esto quiere decir que mi post favorito de larryspain.tumblr.com está roto </3 y ya no podré volver a leerlo nunca más como lo hacía cuando tenía 14 años.
Personalmente, perder mis textos favoritos que leía de adolescente me parece devastador. ¿Cuántas cosas han desaparecido de la web sin que nos demos cuenta? Nos gusta pensar que lo digital es eterno, pero en realidad es todo lo contrario: efímero, volátil, las plataformas cierran (mirad cuando cerró Tuenti), las stories de archivo desaparecen, las URLs que dejan de existir.
Yo pienso mucho en Internet como concepto, pero es que ese episodio me hizo reflexionar más de la cuenta.
Sé que voy a ser de las últimas generaciones que van a recordar la vida antes de Internet y antes de las Redes Sociales, pero también soy de la generación que tiene casi toda su adolescencia publicada. Y antes no era como ahora (que solo utilizan stories que duran 24 horas o no cuelgan absolutamente nada) no, en los 2010s, lo publicábamos absolutamente todo. Porque no teníamos filtros, Facebook o Tuenti eran como un diario al que todo el mundo tenía acceso.
Nadie sabía para que servían, ni a donde podíamos llegar con un estado o que era formalizar una relación con tu novio en tu perfil de Facebook, solo estábamos ahí por las vibras. Antes salías de fiesta, alguien se llevaba una cámara digital hacía un mínimo de 130 fotos y las publicaba todas al día siguiente en un álbum que posiblemente se llamaba “Noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno :S” o “nights we won't remember with friends we won't forget” y ya está. Ahora prácticamente nadie publica fotos en grupo, ni de letras de canciones, ni de una cosa aleatorio que vio por la calle, antes le echábamos fotos hasta al cubata que estábamos bebiendo porque todo era importante.
Éramos BeReal antes de que BeReal existiera, no habían ningún tipo de leyes sobre qué podías subir o que no. No teníamos sentido de la vergüenza ni sabíamos gestionar toda la información que publicábamos.
La privacidad era un concepto abstracto que no manejábamos. No pensábamos en el futuro, solo en el ahora. Yo recuerdo ser adolescente en 2014 y de verdad que podría jurar que no pensaba en más allá del concierto de One Direction que tenía ese año, ahora estamos pensando demasiado en como quedará nuestro feed cuando Instagram se actualice, pero antes solo pensábamos en salir bien esa noche en la foto que nos íbamos poner de perfil. Y no me hagas hablar de las etiquetas masivas en cualquier foto, y comentarios tipo “guapaaaaa”, “ke noche jaja” o “bórrala xfa”. El lenguaje SMS, porque antes tenías que cortar el mensaje, porque costaba dinero cada carácter. Como si la vida fuese como el límite de Twitter por aquel entonces, de 140 cáracteres.
Las redes por aquel entonces eran tan puras… no había ni una persona forzando que algo se volviese viral, porque los influencers como tal no existían. Solo había gente muy guay que publicaban cosas en Youtube, pero no había presión, no existían los KPIs, los emojis prácticamente eran nulos. Subías lo que querías, cuando querías, y nadie se preocupaba por si estaba quedando bien su feed o si sus historias iban a tener suficiente interacción. Era todo tan puro, tan natural… y tan caótico.
Podíamos desconectar cuando quisiéramos, y es que una cosa que echo de menos de aquellos años fue que esperábamos a llegar a casa para tener notificaciones y ahora estamos siempre conectados. Nunca descansamos. Aunque estemos en modo avión, siempre estaremos pensando en la reseña que pondremos a llegar a casa. El copy de la story que subiremos. Cómo vamos a sacar ese photo dump. Ahora todo es inmediato y, paradójicamente, mucho más frío.
Las redes sociales primitivas eran una cosa… recuerdo la primera vez que alguien me enseñó Facebook (mi hermano) que puso la página de Inicio y me enseño el perfil de alguien, sus fotos de Carnaval y para mi fue algo que se me quedó en mi retina. No sé quien era, pero poder cotillear de que se había disfrazado en Carnaval cambió para siempre como funcionaba mi cabeza. Y mira que ya existía Fotolog, pero nada se comprará con el contenido que podías encontrar en Facebook a principios de 2010.
Conectarte con la chica que conociste de los campamentos de ese verano, ver su vida en fotos a partir de eso, postear textos, compartir cadenas de Messenger, compartirlo todo. Cotillear a alguien de otra clase, ver qué ha hecho el grupo de populares de turno que se reunían siempre en un sitio específico de mi ciudad, ver los comentarios, entrar en sus perfiles, ver que sus fotos de perfil tiene más de 100 me gusta.
Hay un pasatiempo que os recomiendo que es mirar el chat de Facebook que tenías con tus amigos. Es como leer los diarios de una versión pasada de ti mismo que ya no existe. Es decir, que los mensajes están congelados desde 2014 y puedes leer manuscritos antiguos para recordar si algo pasó o te lo inventaste. ¿Besé a ese chico? No lo sé. Pero mi chat con mi amiga Vanesa igual me lo confirma. O también es una manera de ver como la inflación ha impactado en nuestras vidas porque antes compartíamos entre 3 una botella de vodka del Mercadona con otra bebida y solos nos costaba todo como 4 euros. Y además que no teníamos Bizum que íbamos con la calderilla.
Para mi, Internet en los 2010 se sentía como la canción "Forever Young". Como si nada fuese a cambiar nunca, como si siempre fuéramos a estar ahí conectados, etiquetándonos en fotos borrosas, actualizando nuestros estados con letras de canciones de Green Day (cuando empieza septiembre) o leyendo en marzo de 2015 el comunicado de One Direction diciendo que Zayn se va. No puedo explicarlo si no lo vivisteis, pero en esos tiempos creíamos que teníamos todo el tiempo del mundo, ahora parece que llegamos siempre tarde a algo.
Antaño, nos podíamos ir de viaje dos semanas sin entrar en Facebook ni una vez y en el bus de vuelta de las vacaciones salía la conversación de "¿Cuántas notificaciones crees que tendrás cuando abras Facebook?". Ahora, no podemos pasar ni dos horas sin mirar el móvil. Pasamos de la despreocupación absoluta a la hiperconectividad extrema, y no sé si eso es una mejora en nuestra vida o una condena.
Ya no me hablo con alguien, pero tengo mil fotos con él en redes sociales lo que significa que allí seguimos siendo amigos. Que nuestra historia siempre estará allí colgada, como una pintura rupestre en una cueva en Atapuerca. El tiempo pasará, ya no sabremos cómo le gusta el café ni que desayuna, pero una versión antigua nuestra está haciendo morritos en algo que sacamos de Retrica. Para siempre congelados en 2013.
A veces pienso en cuál será nuestro legado digital. Alguien, en un futuro, encontrará esta página de Substack y podrá leer mis pensamientos que suelto en voz alta delante de todo Internet. Me pregunto si se estudiará a modo manuscrito. Si mis hijos podrán entrar en estos enlaces. Si estarán rotos algún día. Si esto será una cápsula en el tiempo. Si mi hija publicará capturas de este blog en sus stories (porque le dará vergüenza hacerlo en el feed) si existirá Instagram, si seguirá con el mismo user que le elija yo cuando nazca porque me dedico a las Redes Sociales y a veces pienso que los users está casi todos cogidos y quiero que mis hijos tengan users originales y fáciles de encontrar. Esto es lo más random que estoy explicando por aquí pero vuelvo a repetir que mE DEDICO A LAS REDES SOCIALES, otros querrían hacerle a sus hijo el carnet del Barça antes de nacer, mi legado será un user bonito y para toda la vida.
Quién sabe, igual dentro de 50 años, alguien tropieza con una vieja cuenta de Facebook y descubre que existimos, que un día fuimos jóvenes y que parecía que nunca se acabaría eso, que subíamos fotos a las 3 de la mañana sin que nos importase nada, y que, aunque perezcamos, nuestro rastro seguirá flotando en algún rincón de Internet.
Y todo gracias a esos cables que conectaron el mundo y que alguien, en un golpe de genialidad, decidió llamar Internet.
Me alegro mucho de que, con la cantidad de sitios que hay, os conectéis aquí todos los jueves.
Nos leemos,
Lara <3
Que nostalgia 🤧 Gracias por poner en palabras pensamientos que llevo arrastrando mucho estos últimos meses ❤️🩹
"creíamos que teníamos todo el tiempo del mundo, ahora parece que llegamos siempre tarde a algo" esto es tan real y tan fuerte 💔 todo el post me ha hecho recordar con mucha nostalgia la sensación de libertad absoluta que teníamos, sin medir ninguna consecuencia y todas las posibilidades que pareciamos tener. Era una sensación de "ser los primeros de algo" muy bonita y que creo que nos une mucho a los que somos de esa generación